sangrado de encías

El sangrado de encías es muy común, tanto que a la mayoría de nosotros lo experimentaremos a lo largo de nuestra vida si no lo hemos hecho ya. De hecho, más de la mitad de la población ha experimentado el sangrado de las encías al cepillarse los dientes sólo en el último año.

El sangrado de encías es uno de los primeros signos de la enfermedad de las encías y debería ser una señal de alarma de que hay que cambiar algo en nuestra rutina de salud bucal.

Sin embargo, las nuevas estadísticas muestran que demasiados de nosotros no estamos dispuestos a hacer algo al respecto. Casi uno de cada cinco (19%) deja de cepillarse inmediatamente la zona que sangra. Casi uno de cada diez (8%) deja de cepillarse del todo. Un poco más de uno de cada cinco (21%) decide reservar cita con el dentista y más de uno de cada cuatro (28%) descarta por completo el problema.

Que lo hayamos normalizado no significa que no sea malo. Todo lo contrario. Por eso, en este post os explicaremos cinco maneras de ayudar a detener el sangrado de encías.

1. Cepillarse dos veces al día durante dos minutos con pasta de dientes con flúor

Este es el primero de la lista por una razón. Cepillarse los dientes dos veces al día durante dos minutos con un dentífrico con flúor es vital para la salud de las encías y también ayuda a protegerse de otras enfermedades bucodentales.

Para obtener los mejores resultados enfócate en la sesión nocturna ya que es crucial porque reduce la acumulación de placa y bacterias que pueden crecer durante la noche. La segunda sesión puede ser en la mañana o después de una comida principal siguiendo la técnica de cepillado. Divide tu boca en cuatro cuadrantes (arriba derecha, arriba izquierda, abajo derecha, abajo izquierda) y pasa 30 segundos en cada uno. Mantén el cepillo en un ángulo de 45 grados contra las encías y realiza movimientos suaves y circulares, cubriendo todas las superficies de cada diente. No olvides cepillar suavemente la línea de las encías, la superficie de masticación de los dientes y la lengua para eliminar más bacterias.

Es igualmente importante que escupamos el exceso de pasta de dientes después del cepillado y no nos enjuaguemos la boca con agua. Esto asegura que el flúor permanezca en nuestros dientes durante más tiempo, dando esa protección extra.

2. Usar cepillos interdentales o hilo dental

El uso de cepillos interdentales o hilo dental es una parte esencial de cualquier rutina de higiene oral eficaz. Estas herramientas están diseñadas para complementar el cepillado diario, llegando a áreas que el cepillo de dientes convencional no puede alcanzar, especialmente los espacios entre los dientes y bajo la línea de las encías. Por eso te explicamos por qué son tan importantes y cómo usarlos correctamente.

• Eliminación de Placa: Los cepillos interdentales y el hilo dental eliminan la placa y los restos de comida de entre los dientes y bajo la línea de las encías, áreas propensas a la acumulación de bacterias.
• Prevención de Enfermedades Gingivales: Al eliminar la placa, se reduce significativamente el riesgo de gingivitis (inflamación de las encías) y, con el tiempo, de enfermedades periodontales más severas.
• Salud Cardiovascular: Estudios han encontrado una conexión entre la salud periodontal y la salud cardiovascular. Mantener las encías saludables puede tener un impacto positivo en la prevención de enfermedades cardíacas.
• Prevención de Caries entre los Dientes: El uso regular de hilo dental o cepillos interdentales puede ayudar a prevenir la formación de caries en las áreas entre los dientes, donde el cepillo de dientes no siempre llega.

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3. Utilizar un enjuague bucal con flúor

El enjuague bucal con flúor es beneficioso para la salud bucal, ya que ayuda a limpiar nuestra boca de residuos. También ayuda a prevenir la acumulación de placa en las encías, entre los dientes y en la superficie de los dientes entre un cepillado y otro.

Además, puede ayudar a refrescar nuestro aliento al eliminar las bacterias asociadas al mal aliento (halitosis). Es importante que al considerar un enjuague bucal elijamos uno que contenga flúor para ayudar a dar nuestros dientes esa protección extra durante todo el día.

Las encías son la base de unos dientes sanos y su cuidado es importante. Los colutorios pueden ayudar a tratar y prevenir los problemas de las encías y dar a nuestra boca la sensación de frescura y salud que se merece.

4. Visitar al dentista

Si tenemos algún problema con el coche lo llevamos al taller, ¿verdad?. El mismo principio se aplica a los problemas de nuestra boca y a un profesional de la odontología. La consulta del dentista es el mejor puerto de escala para cualquier problema de salud bucal que tengamos, incluido el sangrado de encías.

Si nuestras encías siguen sangrando durante un periodo prolongado, es importante que no esperemos a que llegue nuestra cita rutinaria: llámanos y pide cita.

Una vez que se haya eliminado la placa, la salud de nuestra boca debería mejorar y nuestras encías deberían dejar de sangrar. Si el sangrado no se detiene, hay que decírselo a nuestro equipo dental. Puede ser que no estemos limpiando correctamente, o que nuestros dientes y encías necesiten una limpieza más profunda por parte del equipo dental.

5. Dieta y estilo de vida saludables

Esto es importante no sólo para el sangrado de las encías, sino para la buena salud en general. Una dieta sana es importante para que nuestra boca funcione correctamente. Recuerda que cuando leemos las etiquetas “sin azúcares añadidos” no significa necesariamente que el producto no lleve azúcar. Significa que no se le ha añadido azúcar extra, pero sí puede llevar azúcar de manera natural, como pasa con la fruta.

Los factores relacionados con el estilo de vida también pueden afectar a la salud de nuestra boca, como fumar o beber alcohol. Las personas que fuman son más propensas a padecer enfermedades de las encías. Esto se debe a que fumar provoca una falta de oxígeno en el torrente sanguíneo, por lo que las encías infectadas no tienen la oportunidad de curarse.

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Si necesitas más información o quieres evaluar tu salud bucodental, acude a nosotros. Clínica Dental Zoco Rivas, tu clínica dental en Rivas-Vaciamadrid de referencia. Llámanos al 916 66 56 77 o ponte en contacto con nosotros a través de nuestra página web.

A muchos de nosotros se nos ha dicho de peques: “Hay que limpiarse bien los dientes”. Este recordatorio es muy bueno para concienciar a los más pequeños, pero falta la mitad del mensaje: las encías. Obviamente, las personas que nos hayan dicho esto no hayan sido conscientes como lo somos ahora de la importancia de las encías.

Muchos anuncios de TV que promocionan productos para la salud bucodental se centran en afirmar que las encías pueden sangrar si se tiene una enfermedad periodontal. Aunque es uno de sus síntomas más visibles, no es lo peor que puede pasar si no se acude a un higienista dental a solucionar el problema.

Un problema a largo plazo para las encías

El hecho es que una enfermedad periodontal no aparece de un día para otro, sino que se va acumulando poco a poco desde que es una minucia hasta que puede suponer un grave problema para la salud. Esto en sí es bueno, ya que nos da tiempo para reaccionar y minimizar la enfermedad de las encías antes de que se convierta en algo demasiado grave. Con nuestros higienistas, no hay motivo para no tener unas encías sanas.

La enfermedad de las encías se suele clasificar en dos etapas: gingivitis y periodontitis. Veamos qué son cada una.

Gingivitis

La gingivitis es una etapa temprana de la enfermedad de las encías. No suele ser demasiado grave y puede ser tratada por el propio paciente mejorando la manera en que se cuidan las encías, además de con limpiezas profesionales de las encías que se pueden realizar en nuestra clínica.

Los primeros síntomas de la gingivitis son el sangrado de encías, dolor, enrojecimiento o inflamación de las encías y mal aliento. Pero, es muy probable que sólo se presente alguno de todos estos síntomas, o incluso ninguno. Por esto recomendamos acudir a un higienista cada seis meses para una limpieza profesional.

Periodontitis

La periodontitis es la evolución de la gingivitis, y puede ser mucho más difícil de tratar. Muchos de los síntomas son iguales, pero también hay que incluir los dientes flojos o con movimiento. Esto se debe a que, cuando se llega a esta etapa, las bacterias están atacando no sólo la parte carnosa de las encías sino también el hueso que rodea las raíces de los dientes. Cuando pasa esto, el hueso se debilita y se daña, haciendo mucho más difícil que el diente se mantenga en su lugar.

A diferencia de la gingivitis, la periodontitis no puede tratarse con una limpieza profesional normal, sino que requiere de una cirugía dental invasiva para intentar salvar el diente. Ésta debe ser realizada por un dentista debidamente cualificado y el tratamiento se conoce como “limpieza profunda” o “raspado de raíz”.

Este procedimiento requiere de anestesia local para poder aliviar las molestias que se puedan sentir. Hay que eliminar las bacterias tanto de la raíz del diente como del tejido óseo circundante. Esta es la única manera de revertir el problema.

Mantenimiento de las encías

Una vez descrito lo que puede llegar a pasar si permitimos que las encías se deterioren, es importante entender que vosotros, como pacientes, podéis evitar que el problema avance tanto.

Para la mayoría de nosotros una simple limpieza bucal basta para desechar el problema. Otros pacientes con sistemas inmunológicos más sensibles pueden requerir de una intervención más profunda del higienista. Esto se decidirá una vez se analice cada caso.

Aún así, lo que sí puede hacer todo el mundo es seguir nuestros consejos que te damos a continuación. Lee atentamente, seguramente haya alguno que no sabías:

• Cepíllate los dientes y las encías (ligeramente) dos veces al día con una pasta de dientes de buena calidad
• Asegúrate de que las cerdas del cepillo estén sanas y no desgastadas (cámbialas cada 3 meses aproximadamente)
• Cuando te cepilles los dientes, inclina las cerdas para que lleguen hasta la línea de las encías, de modo que puedan alcanzar cualquier bacteria atrapada allí
• Utiliza el hilo dental a diario. Pide al higienista que te muestre cómo hacerlo.
• Realiza una revisión semestral de la salud de las encías (o con mayor frecuencia para las personas más vulnerables a las enfermedades de las encías).

Con estos sencillos pasos puedes mantener tus encías sanas, evitando así cualquier problema que pueda acarrear la enfermedad de las encías.

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